domingo, 10 de mayo de 2009

“Poner a un chico de 14 años en la cárcel es educarlo en el delito”

Francesco Tonucci* hizo referencia al problema de los menores y el delito y fiel a sus ideas remarcó que la salida no está en penas más duras ni a más temprana edad sino que esas medidas responden a una voluntad de no hacerse cargo del problema.

Hace unos días se conoció la decisión de una jueza que sentenció a un adolescente que había cometido varios delitos a terminar la escuela primaria ¿en ese camino tendría que darse el cambio?
Me reconozco mucho más en lo que ha hecho esta jueza. Y no en la idea de bajar la edad de imputabilidad porque creo que es una propuesta banal. Parece coherente pero es simplemente fácil y todo lo que es fácil es dudoso. Estos chicos que son delincuentes no tienen un sentido moral por lo cual una pena mayor no puede detenerlos. Creo que al contrario, casi son excitados a un riesgo más alto. Por ejemplo, los niños saldados son peores que los adultos porque tienen un sentido moral no estructurado. Por otro lado, todos sabemos que la cárcel es un caldo de cultivo de delincuentes. Por lo que poner un chico de 14 años en la cárcel significa educarlo en la delincuencia de manera que cuando salga sea peor que cuando entró. Si ése es el objetivo, perfecto. Pero si el motivo era defendernos o tutelarnos o, mejor sería, educarlos el camino es otro.

En la Argentina hubo casos de menores que robaron y asesinaron, parece que se empieza a mirar a los chicos con miedo en la calle, ¿en qué puede terminar esta situación?
Me da mucha pena lo que está pasando y nadie se pone a pensar el problema de por qué, qué hemos hecho para tener chicos así, que actúen de esa manera. Nosotros somos los adultos, son nuestros hijos. Ése es el tema real, fundamental. Un chico que vuelve a la noche a la escuela para destruirla nos tiene que obligar a pensar qué hemos hecho con estos alumnos, dónde los hemos perdido. Si mi hijo se rebela contra mí no puedo no pensar que soy un mal padre. Esto debería ser el inicio de un trabajo sobre este tema.

Repensar el aula
En relación a cuál es el principal desafío que enfrenta hoy la institución educativa, Tonucci señaló: “La escuela no tiene que conseguir sólo resultados de aprendizaje sino que debe ser querida por los niños. Creo que hoy esto lo necesitamos mucho porque la escuela está descuidada, muy poco respetada por parte de los chicos y de sus padres”.
Y continuó: “En Europa hay una pelea fuerte entre familia y escuela. Las familias denuncian a la escuela y contestan las evaluaciones que se hacen. Eso produce efectos de desastres en los chicos. Más allá de si la escuela se lo merece o no, éstos son problemas que deberían resolverse de otra manera. Los padres pueden hablar con los maestros y decir que no comparten algunas cosas, pero no puede pasar que un chico llegue a la casa con una mala nota y que los padres le digan: «No te preocupes, yo mañana hablo y lo resuelvo». Eso es realmente terrible”.

¿Cómo puede recuperar la escuela la relación con la familia y los chicos?
Yo creo que abriendo la escuela a los conocimientos y capacidades de los niños, volver a un proyecto educativo que 30 años antes parecía lo que estábamos creando y, sin embargo, hoy parece un poco olvidado. Es decir que la escuela se funde sobre lo que los niños conocen de verdad. Es decir todos los niños.

¿Qué es una escuela abierta?
La escuela abierta significa que recibe a los chicos con lo que saben y trabaja sobre esos conocimientos. No sobre un programa teórico que es igual para todos y selecciona mucho. Y lo otro es abrir la escuela a una gestión democrática. Yo estoy proponiendo desde hace tiempo lo mismo que le digo a la ciudad para las escuelas. Por ejemplo, el proyecto A la Escuela Vamos Solos consiste en proponer a los chicos a partir de los seis años recorrer el camino de la casa a la escuela sin adultos, sino en grupos. Es una iniciativa que supone una preparación larga porque hay que superar muchos miedos, pero la escuela puede hacer mucho asumiéndolo como programa escolar. Porque la escuela necesita de alumnos más autónomos y con más ideas y conocimientos, porque sino no tienen nada para contar y llevarse a la escuela.
Es difícil que una institución se atreva a implementar por sí misma ese tipo de cambios...
La escuela se atreve a poco, creo que tiene un papel muy importante y tiene que jugarlo y tener el orgullo de moverse para estar al lado de los niños. En la conferencia yo decía que tenemos que tomar una decisión y ponernos en una de las dos partes (padres y chicos). Yo espero que la escuela por fin se haga cargo de ponerse del lado de los niños.

*Francesco Tonucci nació en Fano, Italia, en 1941. Es profesor y se graduó en Pedagogía, en la Universidad Católica de Milan. A los 28 años comenzó a satirizar la realidad de la escuela a través del seudónimo Frato.
Sus investigaciones se centran en el desarrollo cognitivo de los chicos, el pensamiento infantil y su comportamiento y la relación entre la cognición de los niños y la metodología educacional.

Fuente: Diario Uno, Santa Fe

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