sábado, 2 de agosto de 2008

Secretos y mentiras del deporte

El área 18
Roberto Fontanarrosa. In memóriam. ¿Qué estarás haciendo ahora, Roberto? ¿Dibujando el trazo contorneal de Inodoro Pereyra, aquel gaucho que vivía y coleaba más allá de su viñeta, y que junto a su perro Mendieta se dedicaba a quitarle el antifaz a ese concepto entre tiránico y obtuso de la "argentinidad"? ¿Soñando que Congodia, el pequeño país africano que se hizo independiente gracias a la inexpugnable área 18 de su estadio Bombasí, jamás podrá perder a pesar de que Best Seller, al que todo le sale al vesre, haya sido nombrado capitán del equipo rival? ¿Recreando la patada inmisericorde que Wilmar Everton Cardaña, número 5 de Peñarol, le asestó al niño que lo insultaba haciéndolo responsable de haber perdido el clásico contra Nacional? ¿Riéndote a carcajadas de vos mismo y de todos nosotros? Donde quieras que estés, muchas gracias Roberto.

Fútbol, dinámica de lo impensado
"Ciencia oculta del imprevisto, arte del engaño y la improvisación, la más perfecta introducción a la lección humana del cooperativismo": tan alegre, creativa y visceral era la manera que tenía el periodista argentino Dante Panzeri de entender el fútbol en este libro indispensable, con el que humildemente pretendía que su lectura sirviera "para no ver el fútbol como se lo está mirando". Tirándole un caño al "show internacional de la seriedad", cuyos generales acorbatados no cejan en su empeño de transformar el juego del fútbol en beneficio propio, Panzeri estaba a la altura del azar y sabía que, para ser dueño de uno mismo, hay que estar desprevenido. Al parecer es así nomás, che, Dante: cuando lo conseguimos, en la vida y en la cancha, ahí donde se ven los pingos, la pelota busca al jugador
Fuente: El País

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