domingo, 16 de marzo de 2008

Tan lejos de casa…

Desde hace una semana, 5 mujeres extranjeras están en huelga de hambre en la Unidad 31 de Ezeiza.
Son cinco mujeres que han cumplido más de la mitad de su condena y poseen el derecho de solicitar la expulsión para regresar a sus países y terminar de cumplir su condena allí, o bien regirse a las leyes respectivas de los mismos.
Algunas son madres y sus niños aguardan por ellas, pero las esperan vivas, no muertas como parece ser que éste sistema judicial perverso pretende repatriarlas.
Una de ellas ha sido alumna mía cuando dictaba clases de teatro en la Unidad 3 también de Ezeiza; Meredith Bel tiene tan solo 21 años y a nadie en este país que la ayude. Es holandesa y es su primera vez en una prisión. Su conducta ha sido y sigue siendo ejemplar. Su delito mayor; ser pobre; el mismo que el de sus compañeras.
Hablar del motivo que las llevó hasta allí, ni siquiera tiene sentido. No son ni han sido asesinas o delincuentes seriales, no es difícil imaginar cuál ha sido, sabiendo que han llegado desde otro país con lo puesto y una necesidad imperiosa de ganar algo de dinero. Meredith tenía una familia a cargo y ni un centavo para alimentarla, una presa fácil para los canallas de siempre. Nadie justifica el delito… muchas veces se comprende el fin pero no se valida el medio.
Hoy, estas mujeres quieren volver a sus países, tienen derecho a hacerlo, la ley así lo determina.
Todas han caído en el mismo Juzgado; el N° 2 de Ejecución del Dr. Ferrari.
Hace meses que ellas enviaron la nota pidiendo la expulsión, hace meses que les ruegan a sus respectivas Embajadas que intervengan… Nada… ya no las ven, ya no son visitadas por sus ‘’Defensas’’. Por supuesto, solas en un país lejano, sin nadie que mueva sus Causas, quién se molestará en ocuparse de sus regresos?
Continuarán con esta medida hasta que el juzgado Nº 2 de ejecución, sus respectivos consulados o embajadas se ocupen de sus casos y las retornen a sus países.
No van a abandonar la huelga de hambre. Tres de ellas ya están en centro médico con las consecuencias lógicas por la falta de ingesta de alimentos.
¿Pensarán dejarlas morir?
Es necesario que esto se difunda, que lo conozcan los medios y la opinión pública. Actuemos por la vida de cinco mujeres solas, a quienes les ha tocado en desgracia recalar en éste país deshumanizado.
Sus nombres son: (de las 3 que están en Centro Médico, los otros 2 no me los han sabido decir) Meredith Bel (Holanda) – Ruth Suarez Martinez (Bolivia) y Larisa Fodeau (Francia)
No las dejemos morir de hambre, ni por brutal indiferencia.
Gisela Gaeta
15 de marzo de 2008

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