domingo, 9 de marzo de 2008

Periodistas... y peor aún, mujeres

Primavera Téllez Girón
BBC Mundo

Lydia es mexicana; Parvin, iraní. ¿Qué tienen en común además de ser mujeres y periodistas? Las dos han sufrido amenazas y abusos por su trabajo.
BBC Mundo conversó con ellas con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
Aunque es innegable la inclusión y progreso de las mujeres en diversos campos como la política, la religión y el trabajo, aún prevalecen en el mundo usos y costumbres que afectan su integridad física y moral.
Para Lydia Cacho, periodista mexicana dedicada a temas de violencia hacia las mujeres, pederastia y trata de menores, su condición de mujer le ha causado graves problemas para ejercer su profesión. Ha sido torturada, encarcelada y amenazada de muerte.
La iraní Parvin Adalan, defensora de derechos de las mujeres y periodista, dice haber sufrido por su condición de género amenazas del gobierno, difamaciones de periódicos de derecha y el cierre de la revista Zanan donde escribía sobre la igualdad de las mujeres en Medio Oriente.

Censura y discriminación
En Irán, "publicar información acerca de cómo viven y son tratadas las mujeres es muy difícil, peor aún si se trata de violencia o discriminación, está prohibido mostrar esa realidad", dijo Adalan a BBC Mundo.
Según informes de Naciones Unidas, las mujeres siguen siendo discriminadas, en muchos países no tienen derecho a la propiedad ni a heredar bienes, no pueden viajar si no las acompaña un hombre y tampoco pueden transmitir la nacionalidad a sus hijos.
También se muestra que la discriminación contra la mujer sigue vigente en las leyes del mundo, por ejemplo, en al menos 53 países no se ha prohibido la violación dentro del matrimonio.
Además, la mutilación sexual femenina y la ejecución o asesinato de mujeres no son consideradas delitos en muchos países por razones culturales o religiosas.
Para Parvin Adalan esto tiene sentido, ya que "los problemas de género en Medio Oriente tienen que ver con una mezcla entre discriminación y tradiciones que hacen más difícil la situación de las mujeres".
La periodista iraní contó a BBC Mundo que el 6 de marzo, cuando iba a tomar su vuelo a Estocolmo, Suecia, para recibir el Premio Olaf Palme 2007 de los Derechos Humanos, le quitaron el pasaporte.
Después le prohibieron la salida de Irán sin explicación alguna por orden del fiscal general de Teherán.

Los demonios de América Latina
Sobre América Latina y el Caribe, la ONU menciona que la violencia de género sigue predominando y, en algunos países, incluso aumenta.
En el caso de México, las miles de muertes en la frontera de Ciudad Juárez, la trata de mujeres y la violencia familiar no han disminuido ni se han resuelto.
Según Lydia Cacho, "los problemas de la violencia y discriminación de género no están siendo abordados de manera adecuada en México y América Latina y llevará muchos años para que podamos ver resultados"
La periodista dijo a BBC Mundo que fue arrestada y torturada con amenazas sexuales por su condición de mujer al publicar información relacionada con políticos y empresarios pederastas en su libro "Los demonios del Edén".
"Posteriormente, se descubrieron llamadas telefónicas donde un político y un empresario mexicano planeaban mi encarcelamiento y violación por publicar información de su red de pederastas, hasta ahora todos los implicados siguen libres, ninguno ha sido castigado".
Cuando se investigan temas tan delicados, "la principal causa de violencia contra las mujeres periodistas es la corrupción, colusión de servidores públicos con el crimen organizado, además de la visión sexista y misógina de quienes abusan del poder", dijo Cacho a BBC Mundo.

Un futuro incierto
Tanto Lydia como Parvin coinciden en que hay una doble discriminación en su trabajo como periodistas, por la simple razón de ser mujeres, como sucede en otros ámbitos relacionados con la situación laboral, sexual, educación, participación en la política, entre otras.
Insisten en mencionar que "no existe igualdad y las descalificaciones a nuestro trabajo por ser mujeres son mucho mayores".
El caso de abuso hacia Lydia Cacho será presentado en la ONU y en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en próximas fechas.
Parvin Ardalan sigue en espera de la supuesta cita que le enviarían funcionarios de su país "aún sin motivo alguno" después del incidente en el aeropuerto, aunque finalmente recibió el premio Olaf Palme de Derechos Humanos.
De todas formas, el futuro de las dos periodistas es incierto.

Esfuerzos por mejorar
La ONU ha insistido en que la única manera de eliminar los abusos que perpetúan la matanza, mutilación, golpizas, violaciones, tortura y esclavización sexual de mujeres y niñas en el mundo es acabar con la impunidad y hacer leyes que las protejan.
Según el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, la comunidad internacional ha empezando a comprender un principio fundamental: las mujeres se ven igualmente afectadas que los hombres por los problemas que afronta la humanidad en el siglo XXI, en el desarrollo económico y social y en la paz y la seguridad. Y a menudo resultan más afectadas.
"Es justo y verdaderamente necesario que las mujeres participen en la toma de decisiones en todos los ámbitos, con el mismo vigor y en números iguales. Ésta es también la política más importante para prevenir conflictos y lograr la reconciliación", dijo Ki-moon en la celebración del Día de la Mujer.

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